Antología

ANTOLOGÍA 50 MUJERES A 50 AÑOS DE…

MARCELA PAZ VILLAGRAN

I   
Saldrás por mi pubis de la caverna
Como un eco 
Un ciego que se orienta con la voz
Abandonarás la oscuridad
donde los gemidos culminan 
en vibrantes manifestaciones de vida.
Arrojado como un ser irreconocible
vagarás en la búsqueda con tu cuerpo
hilando los filamentos de luz
que lo recorren con energía
o la sombra de tu pensamiento
cual mortaja de la existencia.
Desorientado volverás a la caverna
cuando lentamente sangre la vida
a callar el gemido del que naciste
yacerás entregado al húmedo silencio 
de la madre oscura que tiembla.

II 

Hasta que el nudo tenga forma de rosa
o logre sortear los códigos del azar
Hasta que el caos rompa con los límites 
o los límites amordacen la existencia
No cesará la rueda y su brusco viraje
Un timón sin barco y el ancla sin tierra
Del comienzo al fin, del fin sólo la ilusión
la muerte no es una caída al vacío, acaso
la entrada prematura en la existencia.
III
Éramos niños pero adorábamos a la Muerte
nos estrellábamos contra las paredes
intentando colorear la ciudad.
Niños alimento de una serpiente de acero
que anidaba en nuestros ojos.
Éramos niños buscando el paraíso,
atravesando desnudos las zarzamoras
para encontrar el camino perdido.
Niños que adorábamos a La Muerte
como a una madre que nos lavaría el mal.

IV
La quimera adquirió tus ojos 
y guarda un hijo famélico 
que bebe de su pecho. 
Tiene el cuerpo cubierto de espejismos
despoja su lengua una y otra vez
para dotar de imágenes a la oscuridad.
El único camino hacia ti es la poesía
sortear prolongados silencios
matarte de hambre 
tender una trampa, unas letras puente
para exorcizar tus ojos de animal.



VII


Me mataste 
y no sé cómo morir
porque ni tu desdén 
me puede matar bien muerta
ni la palabra desamor 
propiciar la herida mortal
¿cómo morir?
Tal vez muera mejor
Ahogada en los versos
Que compuse para ti
Ahogada
Porque decir te amo
No bastó para entender el amor
Ni fue suficiente 
un adiós para olvidar.





VI

Amante desalmado
En tu abrazo la muerte
Bastó para desojarme
Tomando mis colores
Dejándome desnuda
En el beso la peste 
murmuró en la mejilla
¡pierde la esperanza!
El fuego que te consumé
Baste para arroparte.

VIII



Voy a plegarme con el sentimiento
En un intersticio de la realidad
Para que en un segundo sin espera
Un intervalo al respirar
Se despliegue ante los ojos
El aroma, la palabra, el lento caminar
un recuerdo que la ausencia aloja ligera
una gota que se dirige al Mar. 





IX

Hoy renuncio a ti
La evocación de tu recuerdo menguará
Tu rostro en su totalidad olvidaré
Solo fragmentos vendrán a mí
Un espejo roto no reflejará
La imagen del amor que soñé
Tu aroma insípido será
Sabor a pasiones no evocaré
Ni siquiera un vendaval a mi
Tu estela misteriosa traerá
Ni un eco de tu voz recordaré
Cuando el nombre olvide de ti.


X


Me viste 
Te vi
Desvistámonos una vez más
Contemplemos la desnudez 
De unas pupilas quietas
Si pueden decir acaso
Lo que a la razón escapa
Y habitar ese espacio
Más allá del umbral cristalino
Donde el silencio puede ser
Puente o abismo.

V
Un ejercicio riguroso y disciplinado
Que escapa a mis laxas fuerzas
Una imagen que me recorre en perfección
Se limita al murmullo.
La poesía es la existencia
Pero no logro huir de la pretensión
aun cuando la poesía es humilde
no basta soñar para escribir
no basta sentir para ver
hay un tramo arraigado en la ignorancia
un trabajo que desconozco
unos pies que no calzo
un ser que no soy arriba en mi
ser y no ser parece una distancia irreconciliable
Soy pero no soy aquella 
que entrega sus noches al vacío
al espacio de juego donde habita el laberinto
sentir miedo porque la existencia 
los pensamientos son inminentes
desconozco a mi sombra 
que transfigura mientras ando.

2 thoughts on “ANTOLOGÍA 50 MUJERES A 50 AÑOS DE…

  1. Nibaldo dice:

    Que bella poesía y frases encantadas cubiertas de magia y místico misterio.
    Fascinantes.

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