MARCELA PAZ VILLAGRAN
I Saldrás por mi pubis de la caverna Como un eco Un ciego que se orienta con la voz Abandonarás la oscuridad donde los gemidos culminan en vibrantes manifestaciones de vida. Arrojado como un ser irreconocible vagarás en la búsqueda con tu cuerpo hilando los filamentos de luz que lo recorren con energía o la sombra de tu pensamiento cual mortaja de la existencia. Desorientado volverás a la caverna cuando lentamente sangre la vida a callar el gemido del que naciste yacerás entregado al húmedo silencio de la madre oscura que tiembla.
II Hasta que el nudo tenga forma de rosa o logre sortear los códigos del azar Hasta que el caos rompa con los límites o los límites amordacen la existencia No cesará la rueda y su brusco viraje Un timón sin barco y el ancla sin tierra Del comienzo al fin, del fin sólo la ilusión la muerte no es una caída al vacío, acaso la entrada prematura en la existencia.
III Éramos niños pero adorábamos a la Muerte nos estrellábamos contra las paredes intentando colorear la ciudad. Niños alimento de una serpiente de acero que anidaba en nuestros ojos. Éramos niños buscando el paraíso, atravesando desnudos las zarzamoras para encontrar el camino perdido. Niños que adorábamos a La Muerte como a una madre que nos lavaría el mal.
IV La quimera adquirió tus ojos y guarda un hijo famélico que bebe de su pecho. Tiene el cuerpo cubierto de espejismos despoja su lengua una y otra vez para dotar de imágenes a la oscuridad. El único camino hacia ti es la poesía sortear prolongados silencios matarte de hambre tender una trampa, unas letras puente para exorcizar tus ojos de animal.
VII Me mataste y no sé cómo morir porque ni tu desdén me puede matar bien muerta ni la palabra desamor propiciar la herida mortal ¿cómo morir? Tal vez muera mejor Ahogada en los versos Que compuse para ti Ahogada Porque decir te amo No bastó para entender el amor Ni fue suficiente un adiós para olvidar.
VI Amante desalmado En tu abrazo la muerte Bastó para desojarme Tomando mis colores Dejándome desnuda En el beso la peste murmuró en la mejilla ¡pierde la esperanza! El fuego que te consumé Baste para arroparte.
VIII Voy a plegarme con el sentimiento En un intersticio de la realidad Para que en un segundo sin espera Un intervalo al respirar Se despliegue ante los ojos El aroma, la palabra, el lento caminar un recuerdo que la ausencia aloja ligera una gota que se dirige al Mar.
IX Hoy renuncio a ti La evocación de tu recuerdo menguará Tu rostro en su totalidad olvidaré Solo fragmentos vendrán a mí Un espejo roto no reflejará La imagen del amor que soñé Tu aroma insípido será Sabor a pasiones no evocaré Ni siquiera un vendaval a mi Tu estela misteriosa traerá Ni un eco de tu voz recordaré Cuando el nombre olvide de ti.
X Me viste Te vi Desvistámonos una vez más Contemplemos la desnudez De unas pupilas quietas Si pueden decir acaso Lo que a la razón escapa Y habitar ese espacio Más allá del umbral cristalino Donde el silencio puede ser Puente o abismo.
V Un ejercicio riguroso y disciplinado Que escapa a mis laxas fuerzas Una imagen que me recorre en perfección Se limita al murmullo. La poesía es la existencia Pero no logro huir de la pretensión aun cuando la poesía es humilde no basta soñar para escribir no basta sentir para ver hay un tramo arraigado en la ignorancia un trabajo que desconozco unos pies que no calzo un ser que no soy arriba en mi ser y no ser parece una distancia irreconciliable Soy pero no soy aquella que entrega sus noches al vacío al espacio de juego donde habita el laberinto sentir miedo porque la existencia los pensamientos son inminentes desconozco a mi sombra que transfigura mientras ando.
Hermoso
Que bella poesía y frases encantadas cubiertas de magia y místico misterio.
Fascinantes.