Pesadilla
El desierto era la pesadilla
todos duermen
Se han dormido violentamente
-la muerte acecha-
tras la ventana sellada
se escuchan gritos de pánico
Una música de serpientes deja oír
su mal intencionada letrilla
Las flores se recogen
ante el mal
envejecen los árboles
mientras la luna ensangrentada se refleja
en el altillo de la angustia
A lo lejos los ríos y los mares
guardan uno tras otro los secretos
obscenos
Los lobos impasibles
escuchan las plegarias
que replican
las mortales sinfonías del verdugo.
Fuente de sangre
Está en el paisaje
irracional e implacable
no se puede escapar o adormecerla.
Las imágenes de la incordura
el lenguaje de la ira
el balbuceo que pide s. o. s. se mece
en un ritmo mortífero.
En el tiempo de impotencia
de asombro y violencia
a veces me parece que mi sangre
corre a borbotones
como mis sollozos en la angustia.
El ulular del viento es la imagen
deste llanto global y único
es tan impredecible como la espada o el cuchillo
Claramente lo escucho manar
con un largo murmullo y yo me palpo
(me palpo tantas veces en mi locura
me palpo desnuda y vestida)
para repasar la herida.
Voy por la ciudad desierta y magullada
no apago nada no enciendo nada
solo tiño de rojo la vereda
y la calzada entera.
Es la fuente de sangre.
Está en el paisaje
irracional e implacable/ no se puede escapar o adormecerla.
La inocencia 2
A través de todo el día
Cae la inocencia en la pendiente infinita
del semáforo incoloro
Hubo una vez un niño que lloró en mi pecho
Hubo una vez una estrella incrustada en las pupilas
Mi seno cantó junto a serafines esculpidos en oro en plata
Todo el tiempo la inocencia cae
Sucumbe en el acto de una húmeda mano vacía
El subterráneo de una conciencia inconsciente
emerge voluminosa en su larga tristeza
A través de las horas se evapora la párvula sonrisa
Con las venas abiertas
Con los ojos llagados
Observo los hondos huesos de la venganza
Los puños agarrotados del odio en piel de cordero
Deambulan por las calles
a través de toda noche
Cae la inocencia
Las máscaras se desprenden de todas las cosas
Todas las cosas arden con los dientes rotos por el silencio
El niño ha muerto
Y el cielo vomita agua y la lumbre quema las vísceras
Porque a través de toda la noche
Y a través de todo el día
La inocencia cae
Como una hembra malparida.
2 Poema escrito en dictadura
El fuego 3
La noche de primavera
Se inunda de fuego
es el vórtice del apocalipsis
el espanto en los ojos
en cáscara y brazos el horror
un alma y otra y otra
mirándose de frente
un grito al unísono
un clamor en el abrazo
la desesperada llamada
de auxilio
el orbe se fragmenta
y las rodillas son una
afiebrada súplica
un ruego y otro
entre llamas y la insufrible
incredulidad.
3 Las bodas del cordero- La tragedia de Chernobil-Odgers
5Posibilidades
El descuido humano
El error horror
¿Acaso es posible limpiar?
En el relámpago
Vemos niños atrapados
Tras unas rejas
-las vallas de injusticia-
Y sus deditos colgando en la inocencia
¿Acaso es posible lavar?
Hombres y mujeres
frente al pánico
cer-ca-dos
Asumiendo riesgos
¿Acaso es posible fregar?
La zozobra la
Inseguridad creciente
¿Acaso es posible baldear?
El trastorno de lo cotidiano
La vejación del sembradío
Esa desgracia gradual
Esa pérdida con ansias de galope
-Extendida sobre los campos-
Y el marchito jardín que inunda
Esa pérdida
Un torbellino de quebranto
Entre ramas deshojadas
Imperturbable ajeno
¿Es posible el barrido?
5Las bodas del cordero- La tragedia de Chernobil-Odgers
Ruego 6
¡Oh, Dios!
¡Oh, Padre!
He pecado contra ti y contra el mundo
Temo la noche de tinieblas
-Esta pasión oscura-
Los lamentos de hombres y mujeres
que cumplen su condena eterna
Temo el túnel interminable
mis pasos por el palacio del horror.
6 Obra Rapsodia de Odgers
Del libro Conquistadores del vuelo
Despedida
¿No es acaso la despedida como el grito de un pájaro en la muerte?
Tribulación inmerecida la mano al aire en medio giro
El beso que no palpa la tierra ni el polvo de los pies
Nada roza el silencio
Esa mudez tibia de tu sonrisa
Breve luciérnaga posada en tu cabeza danza en el pasto hasta mi taza
Mi taza se inunda de lágrimas
Las lágrimas están llenas del vuelco de tu silueta
Y de mañanas
Las mañanas quedan mojadas de pájaros.
Interrogatorio
A Jorge Washington Peña Hen 1
Permaneciste
flagelado por horas
baleado en el cráneo, el mentón y
ametrallado por la espalda
En una fracción de segundos
huyeron los pentagramas
se apagaron oído y manos
-música y arte en silencio-
el instrumento vital de tu existencia
y no era la dictadura en Cuba
no era la dictadura militar en Paraguay
no era la dictadura militar en Argentina
flagelado por horas
baleado en el cráneo, el mentón y
ametrallado por la espalda.
Era la dictadura militar en Chile
con satanes desatados y
el odio que empuña armas
bañadas en sangre
y mentes empapadas de mal
violaron tu cuerpo y los cuerpos
y tejieron de espanto los días
sin pausa
sin Dios y sin ley.
1 Jorge Washington Peña Hen, compositor y maestro, fue asesinado por los militares miembros de la Caravana de la Muerte. El 16 de octubre de 1973 en La Serena.
Cuervos
Alimentados de realidad
imaginaria
-Baudelaire reina con sus flores del mal-
se levantan absurdamente
los cuervos
salen de su fangal
-Nada es mi culpa nada la tuya-
Pobre del pueblo solo
pobre del alma herida
frente a la oscuridad de los días
paralizados e inermes
sin esperanza
se quedan atrapados
heredan la náusea
el color de la ceguera
En sombras tejieron
tinieblas y aguijones
Juegan los cuervos
con tus huesos
queda oculta tu belleza
quedas ciego y sordo
prisionero de tu canto
se va la luz del mundo
y queda la hoguera enterrada
se va tu rostro se van tus ojos
se marcha tu canto
el escenario es charco/ charco de furia y sangre.
Cuando llega la primavera todos se resisten a la muerte
Con una sonrisa cancelan la miseria rutinaria
Encienden la antorcha de la libertad
Una lumbre pía transita por las avenidas
El color de la rosa habla en el jolgorio del labio
La vulva de la brisa se abre
Echa a rodar su bálsamo en la vereda
En la sandalia del fresco verdor
Cuando llega la primavera todos se resisten a la muerte
De su pecho sale el rugido de todas las razas, el
estruendo del arcoiris esplende en las arterias la magia de la fe
Nos alerta y vitaliza con sus largas pestañas tocando una
a una las células
dedos luminosos capturan los ondulados vientres del alba
en el atardecer lamen los ocasos
con el pliego extenso de la virtud
todos sus órganos y sus partes son buenos
ni una mancha ni una arruga es visible en la alegría que
golpea las arboledas
las teorías son todas comprendidas
como un poema desplegado en la alfombra del consumo
creen en los globos en las lunas en la resurrección
en la diversidad del género y en la tierra fecunda
Cuando llega la primavera todos se resisten a la muerte
Colérica y febril recorro las galerías que desconozco
Percibo el dolor de los fatigados pies
La bruma de la prisa desmedida
El estiércol aullando en la calle
Mientras consulto el reloj
me pregunto quién soy
qué hago en la horda venenosa
sumergida irónicamente
herida de polvo y mordedura de hastío
me confundo con los restos humillados que deambulan
por la calzada
Canto al piélago del cielo a la nubosidad que escarnece
mi pequeña estructura a este no ser más que un grano de
arena confuso en el temblor del tiempo en la hilera de
calaveras sonrientes con labios de burbujas y melocotones desabridos
Huyendo del fango de la tempestad
De los humores contradictorios
Del genio y la imbecilidad
De los caprichosos gestos de la muerte
De la eterna contradicción humana
Presente como ola embravecida un torrente de agua hirviendo o barca a la deriva
Mientras camino entre los volubles desafíos del destino
Flotando entre fragmentos y versos pensativa siempre apartada de la ondulación desgarrada siempre
latente
Pese a la cólera
Soy una elegía sin tambor ni trompeta
Amparo 4
(la instalación)
Controlar- vigilar- rondar
El cuerpo del espanto
Afirmar
La entidad del riesgo
Como si fuera posible
En la oscura noche del error
Vigilar
Donde todo se transforma
En el imperio
De la oscilación
Rondar
En la turba del vaivén
En el curso del miedo y el caos
La figura de los brazos al cielo
Se repite
-No hay compasión-
4 Las bodas del cordero- La tragedia de Chernobil-Odgers
BIOGRAFÍA
Ingrid Odgers Toloza
(Concepción, Chile, 1955).
Ingeniera Informática, Diplomada en Administración y Marketing y en Gestión Cultural por la Universidad de Chile, directora de Ediciones Orlando, poeta, narradora, editora. Ha sido directora de talleres literarios. Tiene una extensa trayectoria a nivel regional y nacional tanto como gestora y como escritora. Su obra poética ha sido traducida a diversos idiomas. Ha obtenido algunos premios del Fondo Nacional Libro y la Lectura. Ha sido miembro del Consejo Consultivo Nacional de las Artes y la Cultura de Chile. Jurado del Fondo Nacional del Libro y la Lectura y jurado del programa Haz tu tesis en cultura. Tiene 34 libros publicados: poesía, novela, ensayo.
Ingrid ODGERS Toloza
Ingeniera Informática
Escritora-Editora
Ediciones Orlando
HAMBRE
Tengo un hambre terrible
Un hambre
Que no cesa
Día y noche se dibuja en las paredes
Día y noche en fuego y estiércol
-quema y ahoga-
De este ahogo muero
De este fuego huyo
El polvo de mi boca
Contiene el grito
Una noche de frío
Una larga noche
- no hay negrura mayor que volver a la infancia-
Porque la noche
Porque el tiempo
Porque la tarde
-Los años, los días-
Sauce y naranjos que lloran
Muertos que viven y rondan
-Alucinaciones-
Inocencia prohibida
Inocencia desgajada
Y el terror al recuerdo.
Prometo
Juro y re-juro
Que no volveré
A esa tarde brutal
- mis canas no perdonan -
No, no más
Tengo un hambre terrible
El hambre de olvidar.