Antología

ANTOLOGÍA 50 MUJERES A 50…

Mariela Ríos Ruiz-Tagle

TRINOS

Escucho voces lejanas
Miro por la ventana
Veo pájaros trinando
Vuelan alrededor del edificio
Entran por las ventanas
Invaden los departamentos 
Soy pájaro y miro por la ventana 
Las voces trinan
Los pájaros cantan
Los
Cazadores
Acechan
Al borde del ocaso.
ETERNIDAD
 
Hoy esa flor,
deshoja
uno a uno sus pétalos.
Ya vistieron
a otra flor,
ayer.
LUNA AZUL

Si todos los gemidos
Se incrustarán en la luna
Quizás el dolor fuera menos
En la lejanía, perdido, solo
No nos abatiría su metralla
Ni su clamor extraño, ni sus signos
Ocultos en la avenida de los lamentos
Los que desdeñamos, evitamos,
En la superflua escenografía,
Entre láminas de huesos quebrados,
Los tuyos, los míos, los nuestros,
Esas calaveritas que dormidas bajo la tierra,
Aguardan el más mínimo error,
Para que la larga sombra oscura,
Nos absorba sin destino, 
Inevitable es volver a ser,
Lo que fuimos y seremos,
Lo que veremos, nosotros los ciegos,
Todos juntos y separados en una línea,
La noche es día, el día noche,
Y el mar se ríe desde su altar,
Una risa triste de mar ausente,
Bajo la mirada de una sombría, luna azul.

BIOGRAFÍA
Licenciada en Antropología (U. de Chile), Diplomada en Filosofía (U. Alberto Hurtado), Post-grado en Ciencias Sociales (Ilades). Escribe poesía, cuento y narrativa. En 1979 obtuvo el Premio Borges de la Fundación Givré, en Buenos Aires, mención Cuento Corto por «La prohibición». Durante el viaje a Buenos Aires tuvo el honor de conocer personalmente al gran escritor don Ernesto Sabato con el cual ya mantenía cordial correspondencia.
En 1984 obtiene el segundo premio latinoamericano de Revista Mairena, Puerto Rico, por el extenso poema «Madre espina de campos absolutos». Ha ganado distinciones y aparece en una “Antología de poesía Hispanoamericana “de Publicaciones Altair, Bahía Blanca, Argentina. Sus obras editadas son: «Madre Espina de Campos Absolutos» (Poesía, 1984); «Blue Moon» (Novela, primera edición, 1992); «Nada es personal en la extrema tarde de rubíes” (Poesía, 1998); “Un siglo, un día” ( Poesía, 2010);  “La vida en breve “(Microcuentos, 2011); “Poemas en Blue Mayor” (Poesía, 2013), “Los azules prados del tiempo”(Poesía, 2014, reedición Antología poética, año 2021) y la Segunda Edición de la novela “ Blue Moon”, año 2014;  «Hija Única» (Microcuentos, 2016) y “ Madre espina de campos absolutos” ( Segunda Edición, Editorial Entre Paréntesis, 2021).
Ha participado en diversas antologías, entre ellas: “Microcuentos, a 40 años del Golpe” (Cuentos breves, 2013), “Chile, país de poetas” (Poesía, 2013) y en el libro correspondiente al año 2013 del Concurso de microcuentos, “Santiago en 100 palabras” con su microcuento “Alma en pena”. Así mismo, el microcuento “Fidelidad” fue seleccionado por la Editorial Santillana, en el libro de Lenguaje (2009), correspondiente a la asignatura de Lenguaje del curso Octavo Básico.


MEMORIA DE MUJER

Las mujeres de mi vida cabalgan potros que nunca nadie podrá domar. 
Con brazos fuertes trabajan, con brazos fuertes aman, con brazos fuertes sueñan, con brazos fuertes luchan. Muchas nadan contra la corriente. Muchas mordieron los labios negros de la noche intensa en 17 años. Las mujeres de mi vida crean vida y se burlan de la muerte, noche a noche, minuto a minuto. Las mujeres de mi vida crean páginas de adobe y mezclan los colores y las piedras. Parieron soles y desnudaron el atardecer. Algunas murieron en sus casas, a otras las devoró la distancia, a tantas las mató la tristeza de ver pisoteados sus ideales, a manos de seres paridos del infierno. Las mujeres de mi vida, casi siempre, devoran sus lágrimas y las guardan en cajones misteriosos para regar sus azules flores. Otras tienen sonrisas tan luminosas como tambores que despiertan al infinito. Algunas vuelan de día y sólo las ven los niños de ojos blancos. Las mujeres de mi vida me enseñaron, las mujeres de mi vida me regalaron letras musicales y voces de papel. Las mujeres de mi vida nunca han muerto, como la esperanza, la libertad y el deseo, permanecen ahí en la memoria, haciendo el amor en el bullicio, en el silencio, en cada esquina del tiempo y cómo una flecha primigenia, saltan todos los abismos, suben cada acantilado, al filo de la eternidad.
Las mujeres de mi vida cabalgan siglos que nunca nadie podrá borrar.


ESTALLIDO

Un río caudaloso recorrió Santiago
Devoró arcaicas estatuas
Abrió puertas y ventanas
Demolió ofrendas y pecados
Un río caudaloso, divino y humano
Que es tiempo permanente
Mientras dura la injusticia
Que nos mata a fuego y hierro
Un río caudaloso, múltiple y final
Que espera silencioso a una vera del camino

EL LÍMITE DE LA LUZ
Enciendo la luna y se apaga el cielo.
Arcoíris se visten con terno gris,
Labios emiten sonidos disfrazados.
Corazones tiemblan ante la mentira.
Niños mueren de pena y con frío:
Sangre y hierro, juegos del espanto.
Levanto una piedra y grita de miedo,
La impía inconsciencia del tiempo.
Los vientos no limpian la incordura,
La basura se instaura en las almas.
Nadie encuentra la llave de luz.
El destierro son las larvas cotidianas:
Engendrarán mariposas sin alas.
Enciendo la luna y se apaga el cielo.
Mientras el sol duerme en su reinado,
Ajeno a la dolorida sombra del hombre.
MICROCUENTOS

1973

Elmo y Ramona están enamorados. Casi todos los días dibujan y pintan sobre las blancas paredes santiaguinas.
Al atardecer, se acerca un camión militar. Corren abrazados hasta la esquina más cercana. Agazapados ruegan:
-Que nos lleven juntos-
Ramona susurra a su amado que mire hacia atrás. El mural recién terminado parece saludarlos desde el frío.


(Un pequeño homenaje a los artistas brigadistas de la década del 70, publicado en “73”. 
(microcuentos a 40 años del Golpe). Editorial Anagrama.


TOQUE DE QUEDA

La noche se despierta con el único sonido del motor en marcha de una camioneta, sin patente.
El cuerpo de un hombre se hunde lentamente en las rápidas aguas del río.
La luna observa, impotente, el reflejo de una blanca camisa, que flota a la deriva por el cauce oscuro del río Mapocho.

Fidelidad
Realizaba mi recorrido cotidiano por la Plaza de Armas, cuando noté que mi amigo indigente no despertaba. 
Ágilmente corrí hacia un hombre sentado en un banco, también llamé la atención de los transeúntes que bajaban 
por las escaleras hacia el metro, pero nadie me hizo el menor caso.
Me recosté junto al cuerpo frío de mi amigo y con impotencia le ladré a la luna.
(Publicado en texto “Lenguaje y Comunicación”, 8 Básico, Editorial Santillana.2009.)


El regreso

En 1962, jugando con dos amigos en el Estadio Nacional, resbalamos en una antigua pileta. 
Corrimos empapados hasta mi departamento para escuchar por radio la final  del 
Mundial de Fútbol.
Fue un día inolvidable.
Años después supe que ellos se encontraban prisioneros en el Estadio. Nunca volvimos a 
vernos.
Una noche creí escuchar sus voces. Al despertar en la mañana, la televisión estaba encendida 
con la propaganda del NO.
Me levanté, y caminé solitaria hacia el Estadio.
Al sumergir el voto en la urna, sentí mis mejillas mojadas. 



Encuentros lejanos

Deja estacionado su caballo en la calle, junto a los autos. Entra a un ciber y se sienta frente 
a un computador.
El tiempo no pasa.
Ingresa una joven mujer, vestida y maquillada estilo gótico. Encuentra una montura sobre la 
silla vacía. Mira la pantalla del computador. El chat está abierto y lee: 
Nos encontramos en Til Til.
Un abrazo, Manuel 




LA ESTACIÓN DEL ABANDONO

Dónde estará esa niña
Oculta en vagones abandonados
Entre fierros retorcidos
De trenes que ya nadie usó
En el andén San Eugenio
Se estacionaron sus sueños
Mientras jugaba con niños
De carro en carro escondida
Aprendió silencios de metal
Sin daño cayó en los rieles
Desde vapores antiguos
Misterios de ventanas viejas
Que nunca abrieron alas
Dónde estará esa niña libre
Que iba y venía en el viento
Serpientes de hierro sin cerraduras
Que no tenían camino para serpentear
Bajo la luna el sonido parecía rodar
Mientras bajaba peldaños invisibles
Para viajar entre ruedas de vuelta al hogar
En un tren silencioso que al cielo quería volar
Dónde estará esa niña esperando retornar
A esa estación fenecida
Para volver a soñar.


SE HACE TARDE

La tarde tiene esa magia que precede al ocaso
La compañía delirante de la familia invisible
Esa que viajó al Multiverso en el no tiempo
Recuerdas perfectamente cuando fue
Y no quisieras recordar cómo se fueron
Se deslizan jóvenes por tu memoria cansada 
La tarde te sepulta en recuerdos exiliados
La tarde es un tren que dirige los mismos rieles
Aquellos que acogerán tu camino y el mío
La tarde es una explosión de paz que llora
El silencio se escabulle entre los agujeros del cielo
Del viejo departamento que cruje de nostalgia
Tantas risas y canciones entonadas
Momentos de pan y vino y aquel costillar
Ya enterrados cual esqueletos de hambre oculta
La timidez de aquel beso en la oscuridad
El abrazo quieto de tu madre fuerte
Aquel piano entonando una cueca solitaria
La tarde está sola porque no hay nadie en el sendero 
Sólo tus dedos intentando
aprehender su sombra
Y se hace tarde ya.









SOLILOQUIO

 Mis labios sellaron
sus compuertas brumosas,
cuando tu figura leve
conversó
con la niebla y la noche.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *