GIOVANNI MOLLO
El de septiembre de 2024, nos reunimos en la Sociedad de Escritores de Chile, a celebrar la presentación de MAL segundo poemario del escritor y musico Giovanni Mollo.
Escribí el prólogo del potente libro «Mal» de Giovanni Mollo (1991). Este es el inicio. El texto completo está en el primer comentario.
Finalmente parece que todo lo que hemos hecho gira en torno al sol. Desde la invención de la agricultura a la escritura, desde una idea de tiempo hasta de otros mundos más allá. La luz no solo sirve para darle sentido a las cosas y las palabras sino que también es lo que las une bajo una idea de civilización. Podemos ver porque hemos podido nombrar. Desde un Génesis donde la luz se hace hasta la tiniebla previa al Juicio Final. Desde cavernas frías, tenebrosas, húmedas que gracias al fuego se convirtieron en algo parecido a un país. Lo luminoso es lo verdadero, lo bello, lo bueno y es hacia donde todo lo humano gira la cabeza como las polillas que finalmente somos en un universo de luciérnagas. Sea como sea, toda confesión es bajo una luz, ya sea policial, jurídica, religiosa, educacional, psicológica o médica. Lo enunciable, lo observable, lo vivible está en ese espectro en donde podemos conocer al otro, al mundo, pero hay otra luz para verse a sí mismo, para reconocerse y desconocerse, sin afán de verdad pero tampoco de mentira, sin la obligación moral del bien pero tampoco con el deseo del mal, sin la necesidad de una belleza que sea contemplación. Una luz difusa, sencilla, tenue, a veces intermitente, que finalmente es la luz del poema.
*Se suele dividir la poesía entre la del día y la noche, entre la claridad y la sombra. En ciertos ámbitos se ha utilizado para hablar de una poesía española de la experiencia diurna y de otra latinoamericana barroca, densa, ciertamente oscura. O de una que observa los objetos y los acontecimientos como si estuviesen siempre bajo iluminación tal cual ocurre en gran parte de la norteamericana y de otra que al no poder distinguir a primeras debe tantear en el lenguaje, avanzar, retroceder, perderse para finalmente tentar un arribo. Siempre se trata de la observación, de lo que un autor o autora ve o hace ver, de lo que ilumina o calla, de lo que encandila o donde prefiere ser cómplice de un secreto. Se ha dicho que se escribe de lo que se ve, de lo que se piensa o de lo que se imagina. En todas ellas hay algo, literalmente, claro y es el hecho de que observar no tiene que ver solo con la medición inconsciente de la materia sino también de la energía que la cruza y que a veces no es otra cosa que una intuición. Esa perspicacia es la que hace de la poesía un arte del más allá pero más acá, una voz que regresa no se sabe de dónde y que sigue su camino como el ángel decapitado de la historia.
Héctor Hernández Montecinos
El poemario fue presentado por la escritora y gestora cultural Claudia KennedyEl prólogo fue escrito por el poeta Héctor Hernández MontecinosBajo el sello La Otra Costilla Ediciones