Pendencia
Has construido el peor de los fracasos
No despiertas compasión alguna
no me trago tu desdicha
ni el arrepentimiento que comentas.
Que sea otra la que te perdone,
que esa otra, crea tu pesar.
Que ella te llene de tierra y te lleve rosas.
Dejaste tu sangre correr...
tuve que lamerla.
No contento con el daño
te excusaste en mis faltas.
Reniego de la hora en que mis hijos
te buscaron en el horizonte.
Maldigo, sí, yo maldigo el dolor de ellos,
sus sueños desplumados.
Les vi llorar a escondidas
escuché tu nombre en sus oraciones,
a veces la fiebre les destrozaba las sienes
tu mezquindad les robaba la risa.
Tuve que hacerme de piedra las navidades
el día del padre y los cumpleaños.
Tuve que hacer de la vida
un canto para el olvido.