Debiste ver a la abuela, boquiabierta los ojos metidos al fondo, la cara seca. Sometidos al viento sus cabellos con las venas salientes y heroicas al filo de la noche, acostada en el nicho. luego la lluvia que quería despertarla. ¡Debiste ver! A los pájaros imperturbables. Piando. Así, en días de fiesta.
Primavera
06
Ene