- © Cielito Lindo – Mónica Montero
- Registro Propiedad Intelectual 2020-A-3890
- Edición 2022
- Editorial La Otra Costilla SpA
- www.laotracostilla.cl
- Eyzaguirre # 565, San Bernardo, Santiago, Chile
- Ilustración portada e interior: Ricardo Murdeer
- Diseño Editorial: Camila Leyton – Guarida Diseño.
- Autor: Mónica Montero
- Año 2022
- Poesía
- Medidas 22×22
- Portada: cuché a color
- interior: bond ahuesado a color (80grs)
- Páginas: 53
Cielito
$14,990
LA HISTORIA DE
MACIEL ZÚÑIGA PACHECO
Encontrar en la actualidad una historia tan dramática como la de Maciel Zúñiga Pacheco puede parecer novelesco, inconcebible o descabellado, ya que al detenerse en su corta existencia (16 años) nos encontramos con detalles de una vida llena de carencias, frustraciones y violencia, esto sumado a un entorno inmerso en la droga y la pobreza. La historia de Maciel Zúñiga es todo lo contrario a un cuento de hadas o princesas. Es la imagen nebulosa de una sociedad, de un sistema fracasado y fracturado en lo que concierne a resguardar a los jóvenes y velar por sus derechos. Esta historia ligada a Roberto José Martínez Vásquez (apodado El Tila por la prensa chilena), remeció a la ciudadanía y de alguna forma el caso ocurrido en el año 2002 fue un tema abordado por políticos, sicólogos y un sin fin de programas de televisión.
Un caso espeluznante con gran cantidad de información sobre la vida del sicópata, su paso por el SENAME, la forma en que asaltaba y violentaba sexualmente a sus víctimas de La Dehesa y la brutal forma en que mató a Maciel Zúñiga. Su forma de hablar usando palabras rebuscadas y una gran cantidad de características sicológicas, lo volvieron una figura llamativa. Creo que por eso existe una gran cantidad de literatura basada en
su vida y muerte, teatro, música, trabajos audiovisuales, una película. En contraparte Maciel Zúñiga Pacheco pasó rápidamente al olvido, a pesar de que su vida es muy similar a la de Roberto. Ambos vivían inmersos en la droga desde muy jóvenes, sufrieron el desapego a corta edad, incluso eran amigos a la hora de drogarse, se podría decir “amigos de carrete”. Sus vidas similares se cruzaron y fue ahí donde comenzó a tramarse el drama
que hoy les cuento.
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